APARATOS

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Imaginar por un instante la rudeza de un teléfono Lm Ericsson De Baquelita negro. Ahora, sacar del bolsillo el Iphone adquirido y que próximamente se renovará. Evaluar las diferencias y establecer parámetros. Posiblemente, y a pesar de desestabilizar el sistema tecnológico de la actualidad, el primero guarda aún personalidad.  Hasta cierto punto, mantiene la misma simplicidad y rigurosidad del moderno, pero transmite algo más. Las partes están en su lugar y el ornamento simplemente  no es permitido dentro de la conceptualización. Simplicidad, rigurosidad, opacidad,  carácter, sonido…son demasiadas características que envuelven esta belleza extinta. Mientras el primero era un aparato que simplemente servía para comunicar, el segundo es más que eso en la actualidad, es un cuerpo compacto, frágil y multiuso. En estos nuevos artefactos no se percibe una vejez  significativa con óxidos y rajaduras,  pareciera que tienen la ansiada clave de la eterna juventud, donde la piel jamás cambiará. De todas maneras, los objetos, a pesar de su uso y contexto histórico tecnológico posee muchísimos códigos visuales dignos de ser observados y analizados.

Cuando pretendemos caminar por la ciudad, nos encontramos con una variedad  de  objetos que tienen una historia. Algunos fueron protagonistas en su tiempo, otros lo son y otros buscan serlo en el presente. La tarea es confusa, pero se pretende descifrar una clasificación que entrelace  toda una esencia.

Los objetos que interesan en esta investigación son aquellos que no salieron a la luz, o si lo hicieron fracasaron. Se busca una especie de personalidades tímidas que necesitan de una acción para seguir viviendo. Por años han pasado escondidos, clandestinos, ocultos, recónditos, camuflados, acomplejados, tristes. Me obsesiona saber a dónde se conectan, cómo fueron usados y cuál es su nivel de vida útil, así como también sus características físicas y su nivel de conexión con el lugar donde vive. Una radiografía obsesiva que pretende conectar múltiples interpretaciones conceptuales.

Las personas se aferran a las cosas a medida que se aproxima la vejez? Somos acumuladores de cosas ? Qué pasa cuando nos cambiamos de lugar para vivir? Cuántas cosas se direccionan al olvido y que decidimos mantener? Fotos. Recuerdos. Artefactos obsoletos. Revistas viejas. Muebles viejos. Ropa en desuso. Zapatos viejos. Somos unos acumuladores en desmedida.

La tecnología ha invadido la privacidad y las cámaras de seguridad controlan el movimiento y la libertad de exploración espacial. Las sociedades de control son una realidad que de a poco han invadido la intimidad, y lo peor de todo es que su presencia es parte de nuestro imaginario. Esta sociedad panóptica se enraíza fundamentalmente por la audacia de mantener un poder económico que silenciosamente domestica a sus habitantes.

La ciudad ahora es automática e inteligente.  Se caracteriza por crear un nuevo espacio urbanizado por las tecnologías, donde se reduce el contacto humano. Se podría afirmar que el hombre va perdiendo control y protagonismo dentro de un contexto donde de a poco la electrónica avanza y globaliza el planeta. Alarmas e iluminación automatizadas, lectores ópticos de seguridad, detectores de humo, etc…son un pequeño ejemplo de cómo la tecnología ha comenzado a establecer una espacio de interacción diferente y controversial. La pérdida de intimidad.

 

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