Antes de nada descifrar la información.
La piel es delicada, sana, y sin manchas, una malla deformable de filamentos.
Tan sutil, y tan frágil.
Los bordes: imperfectos, casi desintegrados y sin control. El hilo es largo, rojo cabaret y sin censura. La aguja es fría, delicada y utilitaria.
La mano es equilibrio, paciencia y conducción.
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El lienzo vacío se traduce a un recuerdo borroso y fugaz.
Apenas tenía siete años y lanzábamos piedras hacia una gran ciénaga.
A casi veinte metros y sin previo aviso, una roca mediana impactó mi frente y la agrietó.
Mi tía Alicia controló la situación.
Una membrana blanca de huevo cicatrizó mi herida, mientras un color rojo corría tímidamente.
La geografía de mi piel.
…
El hilo y la aguja me ayudan a dibujar de otra manera.
La aguja ahora es parte de mi mano. Es un pequeño dispositivo, un injerto fino y venenoso capaz de construir lentamente mis ideas.
El momento en que su punta penetra en el suave tejido, entrelazo cronologías, imagino topografías y construyo pensamientos.
…
El punto y la línea, son mis mecanismos de intervención.
Me obsesiona la intensidad y densidad de su repetición. Son la semilla, el reflejo, el mal carácter que inconscientemente aparece y desaparece en uno mismo.
Poco a poco colonizan vacíos, provocan geografías y delimitan fronteras.
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Por un momento sentirse una hormiga y caminar libremente por las diferentes micro llanuras del lienzo. Sin pensar,
trazar caminos largos, cortos, borrosos e imperfectos. Llegar a pasajes sin salida y caminar por un subterráneo imaginario. Escalar grandes grietas y atravesar filtros.
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Límites imprecisos entre materialidad e inmaterialidad.
Un corsé que encierra pliegues y pieles.
No hay lugar ni tiempo.
Intersecciones que pueden durar un minuto o un segundo.
…
Instrucciones que se construyen y se borran.
Arrugar completamente el lienzo y disfrutar de este silencioso crujido.
Examinar todas las líneas principales y secundarias.
Analizar la gran geografía llena de accidentes, topografías y micro escalas.
Entrelazar puntos y líneas.
Desarmar quirúrgicamente la tensión del tejido para descifrar reacciones y provocaciones.